Soy bibliotecario ficticio…
…cuando me preguntan dónde trabajo y me da pena decirlo.
…cuando mis actividades las puede realizar cualquiera, en cualquier momento.
…cuando entré a trabajar de bibliotecario por error.
…cuando ni yo mismo le doy importancia a mis funciones.
…cuando me limito a hacer sólo las actividades que me asignaron.
…cuando llego tarde a mi trabajo y soy el primero en irme.
…cuando me cruzo de brazos y no estoy dispuesto a servir.
…cuando atender a un usuario me crea molestar y fastidio.
…cuando pierdo el tiempo en Internet y digo que estoy muy ocupado.
…cuando sigo haciendo lo mismo, durante mucho tiempo y no me actualizo.
…cuando se que existen bases de datos y no las consulto y menos las promuevo.
…cuando no me siento responsable de los libros o materiales extraviados.
…cuando no conozco mis colecciones y no se hacer un buen uso del catálogo.
…cuando me solicitan alguna información y el más confundido soy yo.
…cuando sin moverme de mi silla, “oriento” al usuario con el dedo, la mano o la cabeza.
…cuando estando rodeado de libros, simplemente soy un no-lector.
…cuando de todo lo anterior, pude ponerle nombre e identificar compañeros, pero nada me tocó a mí.
