ANECDOTARIO

A PARTE DE BIBLIOTECARIOS... DOCTORES!
Así es, en una ocasión una chica llegó con hipo a entregar libros y comentaba que no podía curarse, entonces la bibliotecaria en turno le dijo: -tienes multa por $1000 pesos- a lo que la chica espantada empezó a reclamar y cuestionar, De pronto la bibliotecaria la interrumpe: -no te creas, ¿ya se te quitó el hipo?- y efectivamente, el hipo desapareció, la chica dio gracias y se fue. A parte de biblotecarios, doctores!

jueves, 5 de julio de 2007

¿Valores?

Para valer más

¿Valores?

El valor es algo aprehendido más por vía de intuición, de modo prelógico, y que se convierte en “apetencia”, cuando la actitud pasa a racionalizarse. “El bien es lo que todos apetecen”, afirma Aristóteles, en su Etica a Nicómaco.
Socialmente, el valor es una conquista histórica realizada a lo largo de nuestras experiencias, de las relaciones interpersonales, y de su formulación categórica con carácter de universalidad.
Max Scheler y Nicolai Hartmann consideran los valores como un ideal de vida. Como una reacción contra el relativismo implícito en la interpretación de lo valioso en la vida.
Spranger dice: “Los valores son los blancos a donde los hombres dirigen los dardos de sus acciones”.
Louis Lavelle atribuye al conocimiento la función de aplicarse a la realidad para darnos la “posesión interior” de lo que es digno de valoración y convertirlo en nuestra propia experiencia.

Crisis de valores?
Estamos viviendo un cambio cultural y de valores.
Los valores tradicionales han perdido vigencia y los nuevos centros de interés no aparecen claramente definidos.
Víctor Frankl habla de neurosis noógena, es decir, carencia de sentido que sumerge al hombre en la “conciencia penosa” propia de la neurosis. La falta de valoraciones conduce, pues, a la falta de sentido y a la enfermedad de la vida.
Paul Diel sostiene que el mal supremo de nuestra cultura es la trivialidad cuyas caras básicas son:
1) La trivialidad convencional: el individuo teme manifestar su propia personalidad y hacerse acreedor de los rasgos de originalidad y creatividad que lo distinguen de los demás. El individuo mutila su creatividad y quiere ser igual que todos.
2) La trivialidad del goce que iguala los comportamientos como fruto de un criterio común: “todo está permitido”.
3) La trivialidad del hablar mucho, caracterizada por la exterioridad y la falta de sensibilidad a todo lo que encierre el misterio, la interioridad, el amor.

Jerarquía de valores
Los valores han de hacer referencia a lo universal. Lo particular ha de someterse a lo general.
Los valores han de referirse a las personas y a su realidad interpersonal.
Los valores han de llamar a la persona y a su intento de realización plena de coherencia y felicidad a la que está llamada.
Los valores han de tener dimensiones trascendentes, de futuro, de realización incluso en aquello que no es tangible y que desborda lo concreto.
Nuestra axiología consta pues de estos valores:
1) Valores económicos: utilidad, trabajo, creatividad.
2) Valores afectivos: sentimientos, sensibilidad, gozo-dolor, amor-deseo.
3) Valores intelectuales: conocimiento, lógica, verdad, sinceridad…
4) Valores estéticos: arte, naturaleza, realismo, idealismo, emoción…
5) Valores religiosos: valores del espíritu, lo absoluto, Dios, la religión.
Hoy en día, esta jerarquía se ha reformulado con lenguaje más actual. Se habla de: valor de la conciencia íntima moral, de la dignidad humana, de la relación-servicio a los hombres, de lo mistérico, de la familia, del trabajo, de la libertad de expresión religiosa.

¿Y tú, qué piensas de los valores?

Cfr. La pedagogía de los Centros La Salle/Comisión Regional de Educación La Salle-ARLEP (Salle/LC4035/P3711/1999)

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