ANECDOTARIO

A PARTE DE BIBLIOTECARIOS... DOCTORES!
Así es, en una ocasión una chica llegó con hipo a entregar libros y comentaba que no podía curarse, entonces la bibliotecaria en turno le dijo: -tienes multa por $1000 pesos- a lo que la chica espantada empezó a reclamar y cuestionar, De pronto la bibliotecaria la interrumpe: -no te creas, ¿ya se te quitó el hipo?- y efectivamente, el hipo desapareció, la chica dio gracias y se fue. A parte de biblotecarios, doctores!

miércoles, 31 de enero de 2007

Roles dentro del Equipo

Artículo enviado por: Rosa Isela Medrano

Dentro de un equipo de trabajo es fácil encontrar unos roles muy característicos, algunos positivos para el desempeño del equipo, mientras que otros pueden resultar muy negativos.

Entre ellos se encuentran:

La persona positiva: empuja hacia delante, busca el éxito del equipo y se involucra decididamente en el proyecto; contagia su entusiasmo al resto de los compañeros.

El jefe debe reconocer públicamente su labor, buscando que cunda su ejemplo.

El crítico: es una persona destructiva, todo le parece mal pero no aporta soluciones; los compañeros son unos inútiles a diferencia de él que es perfecto. Es una persona que deteriora el ambiente de trabajo.

Si sobrepasa cierto límite el jefe tendrá que darle un toque de atención.

El discutidor: no está de acuerdo con nada, siempre defiende otra tesis. Es una persona pesada pero sin ánimo destructivo, a diferencia del anterior. Es un inconformista permanente y aunque busca el bien del equipo sólo consigue sacar a la gente de quicio.

Hay que animarle a que piense en positivo, a que aporte soluciones prácticas.

El incordio: es inoportuno, siempre con un comentario desafortunado en el momento menos adecuado, molestando a los compañeros. Aunque se hace muy pesado no tiene ánimo destructivo.

Al igual que al crítico, si sobrepasa cierto límite el jefe le tendrá que llamar la atención.

El bocazas: nunca está callado, discute aunque no entienda del tema, dificulta y alarga las reuniones, interrumpe permanentemente, impide que la gente se centre en la tarea.

En las reuniones no se pueden tolerar sus interrupciones. Si hace falta se le llamará al orden.

El listillo: él lo sabe todo y de hecho suele tener un nivel de preparación por encima de la media, si bien un tipo de conocimiento muy superficial, muy poco sólido. A veces sus aportaciones resultan oportunas, pero la mayoría de las veces resultan insufribles.

Habrá que animarle a que profundice en algunas de sus consideraciones válidas.

El pícaro: se aprovecha del resto de los compañeros, es una rémora en el equipo, pero lo hace de manera sutil, por lo que sus compañeros apenas se percatan. Su aportación al equipo es nula y suele terminar deteriorando el ambiente de trabajo.

Es preferible cortar por lo sano: darle un toque de atención enérgico y si no reacciona apartarlo del equipo.

El cuadriculado: tiene unos esquemas mentales muy consolidados de los que resulta muy difícil moverle. No dispone de la flexibilidad necesaria para aceptar o al menos considerar otros planteamientos.

Suele ser una persona entregada al equipo que requiere paciencia y persuasión.

El reservado: le cuesta participar o simplemente no participa y en muchos casos a pesar de dominar la materia. Necesita un primer empujón del resto de sus compañeros, especialmente del jefe, para lanzarse. Si consigue romper esa barrera inicial puede ser un gran activo para el equipo, si no su aportación será muy reducida.

Hay que animarle desde un principio a que participe en los debates.

El gracioso: no suele faltar en los equipos. Sus aportaciones profesionales suelen ser muy discretas pero en cambio cumple un papel fundamental: relaja el ambiente, quita tensión, crea una atmósfera más cálida, lo que puede contribuir a una mayor cohesión del equipo. A veces puede llegar a ser un poco incordio.

Hay que dejarle cierto margen, pero señalándole también unos limites.

El organizador: Es clave dentro del equipo, siempre preocupado porque las cosas funcionen, que se vaya avanzando, que se vayan superando las dificultades, que no se pierda el tiempo.

Contar con él, consultarle, realzar su papel (es un auténtico activo para el equipo).

El subempleado: tiene asignado unos cometidos muy por debajo de sus capacidades. Termina por aburrirse y perder interés.

Hay que buscarle nuevas responsabilidades. Son personas valiosas que no hay que dejar marchar.

El incompetente: justo lo opuesto del anterior; los cometidos asignados superan claramente sus capacidades. Por no reconocer sus limitaciones irá asumiendo nuevas responsabilidades que no sabrá atender, lo que terminara generando ineficiencias.

Hay que apoyarle con otros compañeros y en todo caso tener muy claro cual es su techo de competencia que no hay que traspasar.

miércoles, 17 de enero de 2007

Sabiduría Tolteca


4 Acuerdos de la Sabiduría Tolteca

Según la tradición Tolteca, poniendo en práctica estos 4 acuerdos tu vida es más plena y próspera.

1. SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS.

Las palabras son la herramienta más poderosa, pueden crear el sueño más bello o destruir todo lo que te rodea. El poder de la mente está en la palabra, por lo que pensamos es lo atraemos. Ser positivo y tener una buena actitud, nos lleva a la libertad personal, al éxito y a la abundancia.

2. NO TE TOMES NADA PERSONAL.

Simple: nada de lo que los demás hacen, lo hacen por ti, solo hacen por ellos mismos. Ni la peor ofensa, ni el peor desaire, ni la más grave herida debes tomarlas personal. Si lo haces te expones a sufrir por nada, a recoger y a hacer tuyo lo de los demás.

No tomarte nada personal te evitará muchos disgustos en la vida y te hace inmune a sentimientos negativos.

En la medida que alguien te quiere lastimar, en esa medida esa persona se lastima a sí mismo, porque el problema no es tuyo, sino es de la otra persona. Recordando que aunque alguien te envíe veneno de forma intencionada, si tú no te lo tomas personalmente, no te tragas el veneno.

3. EVITA PRESUPONER.

Nuestra mente humana necesita justificar, explicar y comprender todo para sentirnos seguros. Para lo cual hacemos suposiciones de todo tipo, asumiendo erróneamente que todo el mundo ve la vida del mismo modo que nosotros.

Presuponer te hace inventarte historias sobre lo que los demás hacen o piensan y lo peor creemos que lo que suponemos es cierto.

Por lo general cuando presuponemos producimos veneno emocional porque muchas veces sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. Presuponer nos lleva a hipótesis que no tienen fundamento, porque sólo están basadas en nuestro personal y único modo de ser, pensar y actuar.

La manera de evitar presuponer es preguntar. Si tienes duda, aclárala. Si sospechas, pregunta. Si parece, compruébalo.

4. HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS.

Hacer lo máximo que puedas significa actuar de la mejor manera posible, con la información y recursos que en ese momento posees.

Por un lado si te excedes en tu esfuerzo físico, mental, emocional o espiritual, te agotas. Cansado te resultará difícil alcanzar tus objetivos. Además el sobrado esfuerzo te hace esperar recompensas, que por lo general no llegan.

Por el otro, si desmereces y no das tu máximo, te sometes a frustraciones, reproches y culpas, que posteriormente hacen que te castigues a ti mismo.

En cambio, si haces lo máximo que puedes, independientemente del resultado, te sentirás satisfecho y descubrirás que encontrar lo que buscas es sólo cuestión de tiempo.

¡La decisión de adoptar los 4 Acuerdos Toltecas es una declaración de guerra para recuperar la libertad!.


PARA SEGUIR REFLEXIONANDO...

· ¿Las adversidades vencen mi estado de ánimo, o ante los problemas se sacar el carácter para salir adelante?
· ¿Para qué seguir alimentando recuerdos negativos, que sólo me hacen no avanzar y en cambio sí me hacen distanciarme?
· No adelantes juicios y no etiquetes a las personas por algo que ni siquiera tienes la certeza de cómo sucedió. ¿Te desgastas queriendo saber tolo lo que dicen los demás de ti?, ¿te siente atacado o perseguido por todo mundo?.
· El conformismo es el número uno del no progreso, ¿soy de los que me tienen que estar diciendo lo que hago o busco tomar la iniciativa?

jueves, 4 de enero de 2007

LOS 7 HÁBITOS DE LOS BIBLIOTECARIOS INEFECTIVOS

Autor: Stephen y Seab Covey.
Adaptación: Isidro Conde González

  1. REACCIONA.
    Achaca todos tus problemas a los demás. Sé una víctima. Si alguien te grita, respóndele con gritos. Si tienes ganas de hacer algo mal, entonces hazlo y nunca te hagas responsable.
  2. COMENZAR SIN UN FIN EN LA MENTE.
    Vive el momento, sin planes. Duérmete, desperdíciate, y tómalo todo a la ligera. Desaprovecha las oportunidades de superarte, no luches.
  3. PRIMERO LO ÚLTIMO.
    Habla interminablemente por teléfono, contesta mail, dedica mucho tiempo al cotorreo y a no hacer nada simulando estar haciendo algo. Siempre evade al trabajo y al usuario.

  4. PENSAR GANAR-PERDER.
    Trabaja siempre a la defensiva, ya que todos los bibliotecarios te atacarán y criticarán, así que atácalos primero tú. No permitas que a alguien le vaya bien.

  5. PRIMERO HABLAR, Y LUEGO FINGIR QUE SE ESCUCHA.
    Asegúrate de hablar mucho, ríe de todo y de todos. Siempre explica primero tu versión, no permitas darle la razón a los demás. Primero habla, alega, discute, y después finge que escuchas diciento “ajá”.

  6. NO COOPERAR.
    ¿Por qué llevarse bien con los demás si todos somos diferentes?. Sé una isla, no se te ocurra trabajar en equipo, te pueden piratear tu ignorancia.

  7. DESGASTARSE.
    Mantente todo el tiempo “ocupado”, haciendo “ruido” sin darte tiempo de renovarte. No estudies, no te prepares, no te actualices, no aprendas algo nuevo.